lunes, 9 de marzo de 2009

INTERVENCIÓN DEL COORDINADOR LOCAL
EN EL ACTO PÚBLICO:
"Por el mantenimiento del empleo y medidas contra la crisis"


En primer lugar, expresar mi agradecimiento a todas y todos los que estáis aquí, especialmente a quienes habéis venido desde otros pueblos, y muy especialmente a los trabajadores de la empresa Eldon, porque su estancia aquí no les sale gratis, ya que tienen que pagar con su sueldo las horas que pasen con nosotros, un comportamiento digno, no sólo de resaltar, sino de valorar, y muy mucho, dado los tiempos que corren.

Hacer mención de agradecimiento también, al Ayuntamiento de Martos y,
en su nombre, a la Alcaldesa, Dª Sofía Nieto, por habernos facilitado estas instalaciones municipales y públicas, de la Casa de la Cultura, para llevar a cabo esta reunión.

A continuación, vamos a hacer un análisis de la crítica situación laboral, económica y social que vivimos, tratando de dar respuesta a todas las preguntas recogidas en el cartel anunciador de este Acto, referentes a la crisis y a las ayudas, así como las medidas necesarias que a juicio de Izquierda Unida habría que aplicar para que la crisis, no la superemos, como siempre, con el único sacrificio de las familias trabajadoras más desfavorecidas.

Pues bien, por mi parte quiero decir lo siguiente:

La crisis que estamos viviendo actualmente no es puntual, es estructural. Es decir, no afecta sólo a un país o a un continente, no; es mundial, y todos los países se ven más o menos directamente implicados. Y, además, en ella no se ve involucrado solamente un sector, como el de la construcción o el de la energía, por ejemplo, no; la crisis afecta a la banca, a la economía, a la construcción, al desempleo, a la educación, a la alimentación (y si no que le pregunten a las familias si compran y comen lo mismo que compraban y comían hace un año)… Afecta a todos y todas, y a todo.

Podríamos decir, en otros términos, que no estamos ante un síntoma (como fenómeno que revela la existencia de una enfermedad), sino ante un síndrome (conjunto de síntomas). Y en este sentido, hablamos de la crisis actual no como un simple dolor de muelas o de esguince de tobillo –que se resolvería con una dosis de analgésico-, sino como un dolor generalizado por todo el cuerpo semejante al producido por un síndrome de inmunodeficiencia, por un síndrome mielodisplásico, o por una profunda depresión de la personalidad, para la que no hay un tratamiento específico. Lo que ha fracasado, en definitiva, es el sistema capitalista.

Pero el hecho de que la crisis sea estructural no quiere decir en modo alguno que todos nos veamos perjudicados por igual. Quien más riqueza ha acumulado en las dos últimas décadas más fácil podrá sobrellevarla y, por el contrario, la clase trabajadora es quien menos ha ganado y quien hoy, en muchos casos, se ve asfixiada y desesperada por la hipoteca suya personal o de un familiar cercano.

Es la respuesta a la primera pregunta que aparece en el cartel de la convocatoria: ¿Crisis? ¿Quién? Pues quién va a ser, los mismos de siempre, las trabajadoras y los trabajadores, sus familias y sus hijos. Y en Martos concretamente, las casi 1.000 familias que han vivido el despido desde el mes de octubre pasado, y las 20 familias de empresarios de PYMES y pequeños establecimientos que han cerrado sus puertas en el último año. Además de otras muchas que pueden verse afectadas por diferentes expedientes de regulación de empleo.

Esta situación se agrava aún más en nuestra zona si tenemos en cuenta que el olivar y el aceite, como importantísimo sostén económico que bien podría aliviar en alguna medida la problemática situación, actualmente se encuentra a merced del precio al que 3 grandes grupos de comercialización quieran comprarlo, y eso ha hecho que los precios –en origen- del aceite del oliva hayan bajado hasta los actuales 1,8 € el litro, precio que se sitúa muy por debajo de los costes de producción.

Dicho esto, la palabra nuclear que, a mi modo de ver, tiene que aplicar el gobierno para vencer a la crisis es “intervención”. ¿Y por qué intervenir?

Pues por dos razones fundamentales:

- Para evitar que nunca más tenga que ponerse de rodillas, ante el poder económico de este país.

- Y para obligar a que la crisis la paguen sus responsables, que los tiene, y ayudar, al mismo tiempo, a las víctimas por los perjuicios ocasionados.

Por tanto, la intervención debería hacerse sobre un amplio abanico de sectores y desde el gobierno más cercano al más lejano.

Y el planteamiento es bien simple: si todas y todos los ciudadanos pagamos impuestos en el Ayuntamiento, para las Diputaciones, en el gobierno andaluz y en el gobierno estatal, es lógico que en la medida de sus posibilidades, cada uno de esos gobiernos, desde el ámbito de su gestión, también ayuden a las personas afectadas por el desempleo y a las más necesitados.

En este sentido, el Grupo Municipal de Izquierda Unida ya ha presentado varias mociones al Pleno de la Corporación del Ayuntamiento de Martos. Por citar la más representativa, la expuesta en el pleno del mes de octubre pasado y en la que pedíamos que se aprobaran los siguientes acuerdos:

«1) Hacer un seguimiento de las empresas de Martos que hayan recibido o reciban subvenciones de cualquier Administración.

2) Subvencionar el I.B.I. en el ejercicio del 2009 y 2010 a las personas necesitadas que cumplan los requisitos que se establezcan al efecto por esta corporación.

3) Librar una partida presupuestaria específica para ayudas sociales, a ciudadanos y ciudadanas de Martos que cumplan los baremos que especifiquemos en esta Corporación, entendiendo que dicha partida no debe de ser inferior a 3 millones de Euros.

4) Que se establezca una partida presupuestaria para ayudas directas a PYMES Y Autónomos marteños, partida esta que ya existe en nuestros presupuestos y que desde Izquierda Unida entendemos que es insuficiente, y que se debe de dotar de mayor cantidad presupuestaria.

5) Crear la Concejalía del Aceite y el Olivar, que se encargue de dinamizar y poner en valor el sector Oleícola en nuestro municipio».


Sin embargo, esta moción fue rechazada con la mayoría absoluta de los votos del Equipo de Gobierno socialista.

Sobre los sectores que tendría que intervenir el gobierno, entre otros están:

- la banca —a la que abría que ayudarle, pero también tendría que adquirir la parte necesaria que permita democratizar sus decisiones y evitar ser rehén suyo en el futuro—;

- el sector estratégico de la energía, el mercado hipotecario —ayudándole a los jóvenes y a las familias insolventes—;

- el sector de la vivienda —construyendo vivienda pública e impidiendo el engorde de los codiciosos—.

- Y cómo no, sería importantísimo que interviniera también en el mercado del aceite, para que el agricultor pueda tener asegurada la cobertura de gastos, y mediante la elaboración de una ley específica del olivar y del aceite de oliva, que regule todo el sector productivo, industrial y de comercialización, y que evite el monopolismo fáctico actual.

Claro que para llevar a cabo esas medidas hacen falta dos cosas:

1. Hacer una política de izquierdas.

2. Y coraje de gobierno para llevar a cabo todas esas intervenciones.

Y como de esas dos cosas hace aguas por todas partes el Gobierno del PSOE, somos los trabajadores y trabajadoras directamente quienes tenemos que impedir que el desempleo, la precariedad y la indigencia sean la moneda de pago de esta crisis. Para eso hay que estar alerta de todos los cambios que se produzcan en cada célula empresarial y ante cualquier tremenda conclusión, movilización. Izquierda Unida es muy sensible a estas situaciones, y va a estar ahí, entre otros motivos porque es la clase trabajadora a la me estoy refiriendo la que le da su razón de ser.

Por último, no quisiera acabar sin conmemorar a las 74 mujeres víctimas mortales de la violencia de género que este año 2009 ya no podrán celebrar nada el próximo Día 8.


Muchas Gracias.


Nicolás Funes
(06.03.09)